sábado, 30 de julio de 2011

EL MÁS ALLÁ (V)


CHAPA V (ya queda poco)

    Para ser una puerta tan imponente, el cuartucho donde entramos era algo ridículo y anticuado, era uno de esos pequeños despachos de los juzgados de los años sesenta. Los conocí cuando mi padre me llevaba con él a su curro. Yo debía tener unos cinco añitos (que son años de 365 días, pero si eres un niño, son añitos). 

  - Siéntese, por favor - me dijo Frank Zappa, o un tipo igualito que él. Me senté y continuó hablando:

  - O sea que suicida ¿no? - tamborileó con los dedos en la mesa.

  - Sí señor - dije, tímidamente, mientras mordía el ala de un sombrero que me acababa de aparecer en las manos.

  - Vaya, vaya, vaya... ¿motivos del suicidio?

  - No me diga que tengo que explicar eso...

  Se fue levantando de la silla, lentamente, mientras me miraba y, cuando estaba a mitad de camino, dio un fuerte golpe en la mesa con la mano abierta y bramó: 

  - ¿Explicarlo? ¿cómo se atreve? ¡Naturalmente que tiene que explicarlo!.

  - Bueno, ya lo puse en mi blog bien claro...

  - ¿Acaso ve por aquí ordenadores? ¿ve algún teléfono? ¿cables?

  - ¿No tienen Internet? yo creía que...

  - Usted no creía nada, usted jamás pensó en este sitio, por lo tanto no podía creer nada de él.

  - Está bien, perdone...

  - Perdonado. Y ahora ¿podría explicarme por qué se suicidó?

  - Pues... es que no quería volverme viejo.

  - No parece usted un niño precisamente...

  - No quería volverme MÁS viejo.

  - Ya, pero no me lo creo. Tiene que haber algo más.

  - Estaba en el paro.

  - Tampoco vale eso. Además, aquí sabemos que cuanto más paro hay, es mejor para un país ¿cuando aprenderán?. De todas formas, usted no tiene problemas de dinero.

  - No, de momento.

 - ¿Y por qué no se ha esperado a pulirse la guita (como decimos aquí) para matarse?

  - Es que también estaba triste, no me apetecía vivir más.

  - Vaya, hemos llegado al grano, el amor ¿no?

  - El desamor, más bien.

  - Deja de hacerte el listo conmigo, con tus intentos de ser original, gilipollas, no soy una niñata.

  - Vale, perdona. Perdone.

  - ¿Y la canción esa de despedida, qué?

  - Salió al azar... resume muy bien mi estado de ánimo...

  Empezó a dar saltos por el cuarto y a hacerme burla, iba vestido con ropa de rayas de colores y de sus manos salían globos también de colores, una fiesta de colores, podríamos decir.

  -  Resume mi estado de ánimo, soy una nena, resume mi estado de ánimo, soy una nena, tra la la

  - No me ofendes, más bien siento vergüenza ajena ¿qué edad tienes? eres más payaso que yo.

  Se volvió a sentar. Se me quedó mirando y volvió a hablar:

  - Vamos a ver, pedazo de mierda. ¿No te presentamos a Lou Reed hace treinta años?

  - ¿Presentarme? ¿ustedes?

  - Déjate de chorradas, fue hace treinta años y decía las mismas paridas que ahora, ya sabes. ¿No te ponías melancólico y triste y desdichado y todo eso? ¿por qué no te mataste entonces?

  - Lo pensé, no creas...

  - Pensaste en el suicidio, en los románticos, en la pena que dejarías, pero no te mataste.

  - Claro, por la mañana vivía, hacía cosas, tenía amigos, familia... por la noche me melancolizaba un rato, nada más...

  - Comprendo. Un melancólico de pastel o de postal. Pues esa es la idea, diviértete un rato pero no te mates, imbécil.

   - A mi no me parece divertido y, además, ya es tarde.

   - Sí, por desgracia. O tal vez no...

   - ¿Cómo?

   - Espere un momento. - toco un botón que acababa de brotar de la pared - Que venga Lou Reed

   - ¿Qué? - dije yo - ¿Se ha muerto?

   - Qué muerto ni qué cojones, no digas chorradas.  
   
  Entró Lou Reed por la puerta, muy serio y chulito. 

  - ¿Qué pasa, babys? - dijo en perfecto castellano de Valladolid.

  - Aquí, el amigo éste, que dice que se ha matado por tu culpa.

  - Eh, oiga, no es eso, yo no he dicho eso, no.. no es cierto, yo...

  Lou Reed me dio una colleja para que me callase, y funcionó.

  - ¿Qué pasa? - dijo Lou - ¿tan mal lo hago? - y se empezó a reír con carcajadas en perfecto castellano antiguo.

  - No, si a mi me gustabas mucho...

  - ¿Eres maricón?

  - No, no lo soy, me gustaba tu música.

  - ¿Ya no te gusta?

  - No quise decir eso.

  - Bueno, ya vale - zanjó Frank Zappa - vamos a solucionar este tema de una vez. Tú, Lou Reed, a partir de ahora, vas a cantar coplas. Única y exclusivamente coplas ¿entendido?

  - Entendido - dijo Lou, ya vestido de coplero - Hasta pronto, ay ay ayyy my jacaaa...
 
  Y se marchó.

  - Bueno, esto ya está - dijo Zappa - y tú, Anacleto, quedas castigado con este nuevo nombre y vas a volver a la tierra, a tu mundo, pero ahora vas a ser un fan de Manolo Escobar.

   - Pe... pero... no lo entiendo...


  - Escucha, memo: eres solipsista ¿no? por lo tanto, el mundo es producto de tu imaginación. Pero no eres tú el que tiene que construir el mundo a tu medida, somos nosotros, tus propias fantasías. Y, por cierto, vaya mierda de fantasías que tienes, macho, vergüenza me daría a mi. Pero el caso es que todo el esfuerzo que realizamos para complacerte, lo quieres joder con un veneno ridículo, de eso nada. Vas a volver a tu sitio como un buen chico y te vas a hacer viejo y a pudrirte por dentro y por fuera como tiene que ser, tranquilo que ya te queda poco.


  Luego sacó una porra de acero cubierto de goma y me atizó en la cabeza.


  Y aquí estoy, buscando vídeos de Mi Carro por toda la red.


                                               FIN


13 comentarios:

  1. Sí.
    Es una puta mierda, lo admito. Pero por lo menos cuando lo empecé, tenía pensado el final. No como los otros...

    ResponderEliminar
  2. Debo confesar que me gusta. No me preguntes por qué.

    ResponderEliminar
  3. No quiero saberlo, muchas gracias, no sabes el bien que le haces a mi ego.
    Un payaso necesita público aunque se divierta haciendo payasadas.
    Y un payaso espera las risas, aunque sean sólo por cortesía, gracias otra vez.

    ResponderEliminar
  4. Por cierto, utilizo el término "payaso" con toda intención, es una profesión muy seria de la que soy sólo un aprendiz. Aprendiz de todo, maestro de nada. Nunca he sabido por qué esa frase se utiliza despectivamente, si a mi me parece lo mejor, aprender...

    ResponderEliminar
  5. Pues a mí Manolo Escobar me cae taannnnnnnnnnn bieeeen...

    ResponderEliminar
  6. MADRE MÍA, LO QUE ES LA VIDA

    QUIEN ME LO IBA A DECIR... casualidades incómodas y estúpidas.

    Lo de convertir a Lou Reed en mariachi no tiene nada que ver con alguna oscura paranoia egocéntrica de alguien, no, ha sido una casualidad ridícula... Me enteré después del post.

    mmm

    Le haré... de la Tuna no, demasiado ridículo...

    Bueno, si no lo cambio, Lou Reed será un Niño Cantór de Viena ¿algún niño cantor de Viena lee estas mierdas?

    ResponderEliminar
  7. Lo del mariachi es divertidísimo, no lo cambiés. El mariachi es el cantor más estereotipado, imitado y ridiculizado de la Historia, ¿quién mejor que un mariachi, ay ay aaaaaaay, para destruir completamente un mito musical?

    ResponderEliminar
  8. Ya, pero como después me entere de que hay un tipo por ahí de... creo que de Chihuahua, no lo sé seguro... no quería que nadie pensara que me importa más de lo que me importa, tampoco vamos a sacar las cosas de quicio.
    Le hago coplero, que también es ridi.

    ResponderEliminar
  9. Ah, ya entiendo, que Parba se largó a llorar porque su amante es panchito (con denominación de origen, además), y se creyó que te burlabas de él (o ella, a saber). Bueeeeeeeeno, pero si no has cambiado una entrada porque me molestaba, ¿por qué ibas a cambiar otra por otra persona? ¡¡Es injustooooooooooo!! :(

    ResponderEliminar
  10. No creo que Parba lo haya leído y menos llorado, no seas ridícula...

    Pero luego me di cuenta de la casualidad y lo quité.

    He quitado cosas muchas veces porque luego he visto que podía malinterpretarse...

    ¿qué entrada te molesta, capullito de alhelí?

    ResponderEliminar