CHAPA V (ya queda poco)
Para ser una puerta tan imponente, el cuartucho donde entramos era algo ridículo y anticuado, era uno de esos pequeños despachos de los juzgados de los años sesenta. Los conocí cuando mi padre me llevaba con él a su curro. Yo debía tener unos cinco añitos (que son años de 365 días, pero si eres un niño, son añitos).
- Siéntese, por favor - me dijo Frank Zappa, o un tipo igualito que él. Me senté y continuó hablando:
- O sea que suicida ¿no? - tamborileó con los dedos en la mesa.
- Sí señor - dije, tímidamente, mientras mordía el ala de un sombrero que me acababa de aparecer en las manos.
- Vaya, vaya, vaya... ¿motivos del suicidio?
- No me diga que tengo que explicar eso...
Se fue levantando de la silla, lentamente, mientras me miraba y, cuando estaba a mitad de camino, dio un fuerte golpe en la mesa con la mano abierta y bramó:
- ¿Explicarlo? ¿cómo se atreve? ¡Naturalmente que tiene que explicarlo!.
- Bueno, ya lo puse en mi blog bien claro...
- ¿Acaso ve por aquí ordenadores? ¿ve algún teléfono? ¿cables?
- ¿No tienen Internet? yo creía que...
- Usted no creía nada, usted jamás pensó en este sitio, por lo tanto no podía creer nada de él.
- Está bien, perdone...
- Perdonado. Y ahora ¿podría explicarme por qué se suicidó?
- Pues... es que no quería volverme viejo.
- No parece usted un niño precisamente...
- No quería volverme MÁS viejo.
- Ya, pero no me lo creo. Tiene que haber algo más.
- Estaba en el paro.
- Tampoco vale eso. Además, aquí sabemos que cuanto más paro hay, es mejor para un país ¿cuando aprenderán?. De todas formas, usted no tiene problemas de dinero.
- No, de momento.
- ¿Y por qué no se ha esperado a pulirse la guita (como decimos aquí) para matarse?
- Es que también estaba triste, no me apetecía vivir más.
- Vaya, hemos llegado al grano, el amor ¿no?
- El desamor, más bien.
- Deja de hacerte el listo conmigo, con tus intentos de ser original, gilipollas, no soy una niñata.
- Vale, perdona. Perdone.
- ¿Y la canción esa de despedida, qué?
- Salió al azar... resume muy bien mi estado de ánimo...
Empezó a dar saltos por el cuarto y a hacerme burla, iba vestido con ropa de rayas de colores y de sus manos salían globos también de colores, una fiesta de colores, podríamos decir.
- Resume mi estado de ánimo, soy una nena, resume mi estado de ánimo, soy una nena, tra la la
- No me ofendes, más bien siento vergüenza ajena ¿qué edad tienes? eres más payaso que yo.
Se volvió a sentar. Se me quedó mirando y volvió a hablar:
- Vamos a ver, pedazo de mierda. ¿No te presentamos a Lou Reed hace treinta años?
- ¿Presentarme? ¿ustedes?
- Déjate de chorradas, fue hace treinta años y decía las mismas paridas que ahora, ya sabes. ¿No te ponías melancólico y triste y desdichado y todo eso? ¿por qué no te mataste entonces?
- Lo pensé, no creas...
- Pensaste en el suicidio, en los románticos, en la pena que dejarías, pero no te mataste.
- Claro, por la mañana vivía, hacía cosas, tenía amigos, familia... por la noche me melancolizaba un rato, nada más...
- Comprendo. Un melancólico de pastel o de postal. Pues esa es la idea, diviértete un rato pero no te mates, imbécil.
- A mi no me parece divertido y, además, ya es tarde.
- Sí, por desgracia. O tal vez no...
- ¿Cómo?
- Espere un momento. - toco un botón que acababa de brotar de la pared - Que venga Lou Reed
- ¿Qué? - dije yo - ¿Se ha muerto?
- Qué muerto ni qué cojones, no digas chorradas.
Entró Lou Reed por la puerta, muy serio y chulito.
- ¿Qué pasa, babys? - dijo en perfecto castellano de Valladolid.
- Aquí, el amigo éste, que dice que se ha matado por tu culpa.
- Eh, oiga, no es eso, yo no he dicho eso, no.. no es cierto, yo...
Lou Reed me dio una colleja para que me callase, y funcionó.
- ¿Qué pasa? - dijo Lou - ¿tan mal lo hago? - y se empezó a reír con carcajadas en perfecto castellano antiguo.
- No, si a mi me gustabas mucho...
- ¿Eres maricón?
- No, no lo soy, me gustaba tu música.
- ¿Ya no te gusta?
- No quise decir eso.
- Bueno, ya vale - zanjó Frank Zappa - vamos a solucionar este tema de una vez. Tú, Lou Reed, a partir de ahora, vas a cantar coplas. Única y exclusivamente coplas ¿entendido?
- Entendido - dijo Lou, ya vestido de coplero - Hasta pronto, ay ay ayyy my jacaaa...
Y se marchó.
- Bueno, esto ya está - dijo Zappa - y tú, Anacleto, quedas castigado con este nuevo nombre y vas a volver a la tierra, a tu mundo, pero ahora vas a ser un fan de Manolo Escobar.
- Pe... pero... no lo entiendo...
- Escucha, memo: eres solipsista ¿no? por lo tanto, el mundo es producto de tu imaginación. Pero no eres tú el que tiene que construir el mundo a tu medida, somos nosotros, tus propias fantasías. Y, por cierto, vaya mierda de fantasías que tienes, macho, vergüenza me daría a mi. Pero el caso es que todo el esfuerzo que realizamos para complacerte, lo quieres joder con un veneno ridículo, de eso nada. Vas a volver a tu sitio como un buen chico y te vas a hacer viejo y a pudrirte por dentro y por fuera como tiene que ser, tranquilo que ya te queda poco.
Luego sacó una porra de acero cubierto de goma y me atizó en la cabeza.
Y aquí estoy, buscando vídeos de Mi Carro por toda la red.
FIN