jueves, 30 de junio de 2011

A Las Siete De La Tarde


     Eran la siete de la tarde y ella no había llegado... eran las siete de la tarde y no había llamado. Eran las siete de la tarde y él estaba muerto de pena, las siete de la tarde y el mundo se venía abajo...

     Y seguirían siendo las siete de la tarde eternamente, a menos que le cambiase la pila al reloj, menudo paleto.



Soledad del gañán


     Paseando esta mañana por el campo florido, encontré unas ovejas solas y el cadáver de un pastor, qué suerte tengo. Antes de llamar anonimamente a la policía, cogí un paquete del suelo que resultó ser un trozo de queso envuelto en un papel en el que se podía leer lo siguiente: 


     ¿Cómo explicarlo? las... cosas están un poco más lejos, la luz es algo más tenue, el silencio es más pesado... es como si me hubieran arrancado los brazos del alma, como si me doliese muy muy lejos... es una sed de nada que deja seca la garganta de la vida, es... como si adorase a un dios y se estuviera riendo de mi...

     Me han estafado... mis días tienen dos noches, mis noches tienen más noches cada vez... no entiendo lo que me dicen, es un idioma extraño... me despierto, pero sigo sin entender, sigo dormido, no sé, qué más me da...

     El queso estaba curado, muy rico. Lástima no haber cogido la bota de vino, pero uno no puede estar en todo.


Haikus

     Como todo el mundo sabe, un haiku consiste en un poema breve de tres versos de cinco, siete y cinco moras respectivamente. Comúnmente se sustituyen las moras por sílabas cuando se traducen o componen en lenguas romances. Es una de las formas de poesía tradicional japonesa más extendidas. Su temática está relacionada con la naturaleza.
     Parece ser que las moras son algo con menor rango que la sílabas Vamos a ignorar eso (de hecho, aquí la ignorancia es absoluta) e intentaremos dar algunos ejemplos.


La salamandra corre alegre, camino de su casa de renta limitada.
La gorrina retoza feliz mientras el gallo ríe entre dientes
Una mona tose y pela uvas a la luz de Hirosima
Me quedo calvo oh qué bonita peluca
El dulce sonido de una carraca rompe la madrugada, un niño cae muerto
Salta Salta. Pero lejos del borde, imbécil. Ya es tarde.
Te quiero. La puñalada que me diste casi no duele, gracias.
Sigue subiendo y mañana estarás a ras del suelo.
No importa que olvidases el paracaídas, aún quedan dos mil metros, algo se nos ocurrirá
¡Tú puedes, venga, ánimo! bien hecho. Ahora, el otro zapato.

Y así sucesivamente. 

El Plan


     La llamó después de mucho tiempo, una eternidad. Él sabía que, en tiempo "real", sólo habían pasado unos meses, pero cuando tras un día de soledad, desengaño y tristeza viene otro peor, y luego otro y otro... unos meses resultan insoportables para cualquiera... bueno, no tanto, él seguía aquí, pero ya me entendéis.

     Ella pareció contenta de oírle, genial. Se preguntaron un par de trivialidades y después le explico el motivo de su llamada. Lo que quería decirle tenía que ser en persona, por teléfono era muy artificial. Estupendo, ella tenía aquella tarde libre, quedaron en un bar.

     Estaba preciosa. Pero seguro que si hubiese ido vestida con andrajos y sucia, le habría gustado también.

     Sin muchos preámbulos, le contó su plan. Ella estaba asombrada, primero y luego se puso a llorar y le abrazó...

     Él quiso tranquilizarla, diciéndole que no pasaba nada, que lo había asumido y se encontraba feliz por estar con ella, allí.

     En los meses que habían estado separados, en la eternidad profunda donde él estuvo atrapado y perdido, su mundo cambió de manera aún más dramática, le detectaron una enfermedad terminal. Nada contagioso, por suerte, pero le quedaba ya muy poco tiempo, tal vez unas semanas...

     Ella estaba abrazada a él, llorando en silencio. Le tenía mucho cariño, ya se le pasó el amor. Al fin y al cabo, él no se había portado demasiado mal con ella. Habían tenido buenos momentos, a lo largo de los años de relación.

     Le contó su sencillo plan: darle su tiempo. "Se mía hasta el final, por favor" y comprendió al instante lo que ella pensaba,. le hizo gracia. "No te preocupes. Te prometo no morir en tus brazos, no será de repente".

     Ella siguió llorando un poco más y luego aceptó. Él se sintió feliz.

     Los días eran hermosos, llenos de luz y sonido agradable, como en los cuentos de los niños. La vida era placentera y transcurría  suave y tranquila. Ella se esforzaba en agradarle al máximo, daban la imagen de una pareja ideal.

     Un día, cuando habían pasado tres meses y dos semanas desde el inicio del plan, ella le dijo:

     _ Oye ¿y cuando dijiste que ibas a morirte?

     _ Ah ¿no te lo dije? se me debió pasar... me mandaron una rectificación del hospital, en realidad lo que tenía era un tirón muscular ¿no tiene gracia?

     _ ¡Eres un hijo de puta cabrón! 

     Y se marchó, dando un portazo.

     No podía entenderlo...  ¿por qué siempre le dejaban las mujeres?.

miércoles, 29 de junio de 2011

Sombras

   
     Tengo la mesa atestada de cosas variopintas, días y días de desidia, amontonando cajetillas de tabaco, botes de zumo vacíos, un bolígrafo, otro bolígrafo, unas llaves, ceniza... los mandos de la tele, el mando xbox, la pda, la cámara de fotos, las gafas, una brocha, un vaso... una caja de cerillas, un mechero, otro mechero, unas chocolatinas, una caja de aspirinas... los auriculares, unos recibos del mercado, un vaso, un par de cartas del banco...

     Limpiaré un poco la mesa, claro, es incomodo de ver. Ojalá pudiera hacer lo mismo con las sombras de mi vida. Dejar la mente en blanco... volver a llenarla de cosas nuevas, aunque al final serán las mismas, como en la mesa, las cosas volverán a estar igual. Pero, entretanto, se puede ir viviendo, a ver qué pasa.



 

domingo, 26 de junio de 2011

ROCK`N ROLL


     Ya que estamos con el rock, niños, os diré que no tenéis ni puta idea. Vuestras pintas son muy heavys, punks y tal... el otro puto chulo calvo le da al rap, con sus pantalones cagones, su oro y sus mierdas y sólo dice gilipolleces y la chusma grita enfervorecida, patético... os gastáis una pasta en moda que os venden como si no fuese moda, como si fuese exclusiva para vosotros, niñatos, rebeldes de pastel... el rock`n roll nació en una cloaca, vosotros vivís con papi en un loft. La primera batería de rock era una lata, vosotros compráis por catálogo en internet, hijos de puta.

     Ante todo, imbéciles, debeis caer muy bajo. Si no estáis dispuestos a ello, que os den por culo con un consolador de diseño.

     Empieza en los bares y bebe hasta reventar. Hazte con una chica, lo más puta posible, y presentasela a tus padres. Dile a tu madre que te recuerda a ella. 

     Consigue que te rompan el corazón en el peor momento de tu vida. No es fácil, pero tú quieres rock´n roll ¿no?

     Una vez llegado a ese estado perfecto, pues nada, macho, al lío... es una pena que no sepas leer música... por otra parte, es una suerte para mi, que no sé escribirla... pero es un rock´n roll, imáginatelo...


No sé por qué me llamarás, baby, no sé
Pero es igual, no voy estar
Ha caducado el tiempo, baby, no estuvo mal
Es muy gracioso, nena, lo que me hiciste
Menos mal que me querías
Y te agradezco, nena, que muchas veces
Lo parecía.
                                      
Yo estuve muerto mucho tiempo, toda una vida
Desde el minuto uno al dos. Tu despedida
Nunca sentí tanto dolor, tanta tristeza
Pero ahora, nena, estoy mejor, el fin empieza.

Nadie puede matar lo que ya estaba muerto, baby
Nadie puede llegar bien a este puerto, vete ya
No soy tu puto backup, no soy un saldo
vete a comprar al mercado central
Y si una vez sentiste algo hazme un favor:
no vuelvas más.


             
      Eso es todo. La lección consiste en saber que, por muchas ganas que tengas de volver, no lo hagas, gilipochas.




                                        

There she goes again





En el año 1.967, un grupo musical desconocido, liderado por Lou Reed y patrocinado por Andy Warhol, sacó un disco cuya portada podéis ver.

El disco cayó en mis manos unos 10 años más tarde. En el 67, cuando salió, yo tenía ocho años y en mi casa lo más rockero que había era Luis Aguilé.  

Este disco tiene un temazo que, cuando lo escuché por primera vez, me hizo temblar. No entendía la letra, por supuesto, pero es puro rock'n roll

Más tarde me preocupé por saber qué decía la canción. Lou Reed es un genio, amigos.

Intentaré poner la cancioncilla, ahora mismo no sé cómo se hace.

Os pongo la letra original y traducida, que pierde mucho, como siempre.

Rock'n roll








There she goes again

There she goes again
She's out on the streets again
She's down on her knees, my friend
But you know she'll never ask you please again

Now take a look, there's no tears in her eyes
She won't take it from just any guy, what can you do
You see her walkin' on down the street
Look at all your friends she's gonna meet
You better hit her

There she goes again
She's knocked out on her feet again
She's down on her knees, my friend
But you know she'll never ask you please again

Now take a look, there's no tears in her eyes
Like a bird, you know she would fly, what can you do
You see her walkin' on down the street
Look at all your friends that she's gonna meet
You better hit her

Now take a look, there's no tears in her eyes
Like a bird, you know she will fly, fly, fly away
See her walking on down the street
Look at all your friends that she's gonna meet

She's gonna bawl and shout
She's gonna work it
She's gonna work it out, bye bye
Bye bye baby
All right





Allí va ella otra vez
Allí va ella otra vez
Ha salido a las calles otra vez
Está de rodillas, mi amigo
Pero sabes que nunca te pedirá un favor otra vez
Ahora mira no hay lágrimas en sus ojos
No lo tomará de cualquier tipo, ¿qué le  vas a hacer?
Mírala caminando por la calle
Mira a todos tus amigos que ella va a encontrar
Mejor harías pegándole

Allí va ella otra vez
Está aturdida sobre sus pies otra vez
Está de rodillas, mi amigo
Pero sabes que nunca te pedirá un favor otra vez
Ahora mira no hay lágrimas en sus ojos
Como un pájaro sabes que volará, ¿qué le vas a hacer?
Mírala caminando por la calle
Mira a todos tus amigos que ella va a encontrar
Mejor harías pegándole

Ahora mira no hay lágrimas en sus ojos
Como un pájaro sabes que volará volará volará
Ah, mírala caminando por la calle
Mira a todos tus amigos que ella va a encontrar
Va a reventar y gritar
Se va a trabajar, a trabajárselo
adios, adiós, adiós, nena, adiós
Ah, está tan bien, parece estar tan bien, se va a trabajar

El Regreso

     
   Estaba harto de la vida, harto de sufrir, harto de la soledad. Se había tomado dos botes de aspirina infantil y un gazpacho caducado, lo que le pareció bastante peligroso y osado.   "¡Al diablo con todo!", pensó ya crecido,  y se bebió de tres valientes tragos lo que quedaba de lavavajillas.


     Mientras estaba vomitando, de rodillas, en la taza del water*, en un estado lamentable, tomó la determinación de hacer algo más drástico. La cabeza le dolía horriblemente. "¡Vaya mierda de aspirinas!" razonó.

   Seguía pensando en morir, no podía sufrir más. Ya eran ocho meses, dos semanas y tres días los que llevaba sin ella, su amor. Ocho meses, dos semanas y tres días de sufrimientos, remordimientos, y más palabras que no sabía decir porque era algo garrulo. 

    No podía más, debía morir ya.

    Intentó cortarse las venas con un calzador, ya que odiaba tener cuchillos en casa desde que un tío suyo, malabarista, había muerto haciendo una exhibición a la familia de un truco nuevo que debía realizarse desnudo y completamente borracho. Como era un ensayo, llevaba un tanga. Al menos había muerto dignamente.

    Lo del calzador no funcionó, por lo que se le ocurrió morir ahorcado. Sí, eso sería lo mejor.

    Ató como pudo una cuerda al techo y tiró de ella, comprobando que resistía bien. No quería que le pasara como a su cuñado, al que se le cayó el techo encima intentando hacer la misma maniobra. Luego hizo el nudo de ahorcado (cosa que aprendió en la mili, además de adquirir una habilidad sin precedentes pegando sellos), se puso el lazo al cuello, lo apretó, dio una patada a la silla y... no pasó nada. Comprendió al instante que él debía estar encima de la silla antes de la patada. 

    Eso sí era un problema. El techo estaba a 2,20 del suelo y él medía 1,90, por lo que le quedaban 30 centímetros para el lazo, el nudo y la silla. De acuerdo, no iba a colgarse de la coronilla, había que descontar también los centímetros de la cabeza, pero aún así no era suficiente espacio. Intentó ahorcarse encogiendo las piernas pero, invariablemente, bajaban hasta el suelo por si solas.

     Ya estaba desesperado "¿es que un hombre no puede morir cuando quiere?"  se decía a sí mismo. "Parece que no" se contestaba.

     Decidió hacer una pausa en su camino a la muerte porque le había entrado hambre de tanto trabajar.

     En la pobre nevera solo había algo con aspecto de comida. Se trataba de un pequeño bol (ya tenía yo ganas de usar esa palabra, bol...). Se trataba de un pequeño bol con unas aceitunas de aspecto peculiar, algo rojizas y alargadas. Para alguien entendido, aquello no parecían aceitunas ni de lejos, pero él sólo entendía de nudos corredizos y de pegar sellos.

  En realidad, se trataba de altramuces de Alburquerque, una variedad sumamente venenosa (un solo altramuz es suficiente para matar a dieciséis rinocerontes medianos. Es un dato científico, no preguntéis cómo lo comprueban). Esta variedad sólo crece una vez cada diecisiete años en el fondo del río Trijueque, cuya profundidad es de 14 kilómetros en las zonas menos profundas. Los encontró un día su novia, de casualidad, al caer a dicho río. Le gustaron y se hizo un collar. Luego se cansó y los metió en un bol, en la nevera. Así era ella, imprevisible.

    El empezó a comer, soñadoramente, las supuestas aceitunas. Le gustaba tanto su sabor que decidió en ese momento no suicidarse y dedicar su vida a la protección de esas delicias. Pobrecillo.

    Empezó a sentir calambres en el estómago, las articulaciones comenzaron a adquirir rigidez y los arcos de sus pies empezaron a aplanarse dolorosamente. Se movía con bastante dificultad, al mismo tiempo que sus ojos retozaban en sus cuencas libremente, cada uno independiente del otro, como si cada uno estuviera en la cabeza de un señor distinto.

    Cayó estrepitosamente al suelo, llevándose por delante un calzador, una silla, una cuerda y el teléfono inalámbrico, que quedó justo a su lado. Empezó a sonar. Contestó con dificultad. Eran de una operadora telefónica, para informarle de una oferta para ponerle Internet, televisión y teléfono. Les preguntó que cuanto costaba y le pareció caro. Les pidió la tarifa sin televisión, porque no la veía mucho y aceptó la oferta. Se despidió riéndose, les había engañado, qué imbéciles...


    Mientras continuaba muriéndose, volvió a sonar el teléfono. "¡Vaya, otra vez!" se dijo. "Hay semanas en las que no llama nadie y hoy, dos veces seguidas", se contestó.


         _ Diga...me

       _ Hola, cariño, soy yo. Te llamo para pedirte que me perdones, que me equivoqué, que eres el amor de mi vida que te adoro y que quiero volver, te necesito tanto...

           _ Hija de puta

     Y se murió.



*Este blog tiene un corrector ortográfico automático. Esta palabra no le gusta, me sugiere: aterí, gatera, watt o caterva. La que más encaja puede ser gatera, pero me da asco el concepto "vomitar en una gatera", tengo un gato. Vomitar en una caterva no encaja en el contexto, el hombre estaba sólo).

sábado, 25 de junio de 2011

Colombo





     Joder, vaya forma de despertar. La primera noticia del día, la primera que yo he visto, es que ha muerto Colombo. Ya, ya sé que el que ha muerto es un tal Peter Falk, cosa que lamento, pero  lo horrible es lo de Colombo. Es cierto que ya estaba muerto hace años, yo diría que en coma irreversible, pero siempre queda una esperanza, ya no.

     A Colombo empezaron a matarlo los pijos del CSI, con sus guantes de goma, sus botes, microscopios y esas zarandajas. 

     Colombo resolvía los casos mientras cascaba un huevo duro en el fémur de la víctima y allí no pasaba nada. Colombo tocaba las pruebas con sus dedazos y derramaba café sobre ellas. Colombo fumaba en todas partes, en hospitales, ascensores, museos... hoy sería un delincuente rechazado por la sociedad.

     Adiós, Colombo. Vayas donde vayas, mírales con tu ojo inquisidor, háblales con voz pausada y ronca, señálales con el dedo amarillento... 

     Yo creo que muchos de tus asesinos mataban sólo por conocerte. Yo les comprendo, haría lo mismo si pudiera, pero ya no me queda gente por matar.


viernes, 24 de junio de 2011

Mi Terraza


      La casa (el piso) donde pasé los que considero los mejores años de mi vida está en Madrid. Mi madre vive allí, sola. Es muy mayor, pero quiere vivir así y en su casa no se puede vivir con ella, es incompatible con el bienestar. Cualquiera de mis hermanas la acogería gustosamente (tengo tres hermanas con sus respectivas familias), pero ella quiere vivir donde pueda mandar. Ahora no quiero tratar de eso, quiero hablar de la terraza.

     La casa tiene  una terraza enorme, que según las escrituras, mide lo mismo que la casa. No me refiero a las Sagradas Escrituras, ahí no creo que se mencione (no puedo asegurarlo). No sé, tal vez sean sesenta metros cuadrados, pero llevo oyendo desde niño eso de "tiene una terraza tan grande como la casa". 


     Allí y desde allí hice muchas fotos. Y me hicieron, claro. la primera no sé quien me la hizo, probablemente mi hermana mayor, pero el recuerdo es vago.

     La perra es un pastor alemán que se llamaba Zarza (dato que no le interesa probablemente a nadie, pero así ejercito la memoria).


                                               


                         Esa foto me la hicieron desde algún punto de aquí:





Y yo hice algunas fotos, la primera que os enseño es la foto más bonita que he visto en mi vida, sin ninguna duda. Las demás son un truño, pero las he parido yo de principio a fin. Por eso las quiero.






Por dos de sus lados se veían unas preciosas ruinas, de negocios muertos hace tiempo, aunque en algunas de las casas vivía gente todavía.













Siempre he sido un artista. Pero muy vago y con poca inspiración, tiene que haber de todo. Mirad, los niños andaban por aquí:

























miércoles, 22 de junio de 2011

SOY FELIZ

     Sí, amigos. Tengo que decirlo sin recato: me considero el tipo más feliz del mundo.

     No es por dar envidia, es sólo que me apetecía compartir esta felicidad con vosotros, amigos del alma.

     La vida me trata a las mil maravillas, no me puedo quejar. Tengo todo lo que un hombre puede desear, incluso más. Noto que mis vecinos me miran con cierta envidia, casi siempre muy mal disimulada, pero no me importa. Nada en este mundo podría empañar mi felicidad.

     Soy consciente de que la perfección causa rechazo, es insoportable para la gente normal. Pues bien, eso no debe preocuparos, mi felicidad también tiene minúsculas, casi imperceptibles, esquirlas de infelicidad.

     Irónicamente, estas pequeñas motas hacen que la felicidad sea aún más perfecta, ya que pierde la repugnancia antes mencionada y es soportable por la plebe.

     Que conste que sólo mencionare esas prácticamente inexistentes impurezas para intentar explicaros lo que quiero decir. De hecho, tengo que hacer grandes esfuerzos por encontrar alguna, pero trataré de hacerlo.

     Por seguir un orden, y para hacer más corta la explicación, utilicemos como referencia una cita de algún libro de filosofía avanzada cuyo título no recuerdo ahora mismo, pero no importa, cuento con una memoria extraordinaria que no se acompleja por esos micro lapsus imperceptibles, y he de decir también que cuento con una memoria extraordinaria que no se deja acomplejar por esos micro lapsus imperceptibles.

     La cita (espero que todos la entendáis, es penoso andar explicándolo todo) dice así:

                              "Tres cosas hay en la vida: Salud, Dinero y Amor".

     La frase, para explicarla clara y concísamente, intenta decir que en la vida hay tres cosas importantes, la salud, el dinero y el amor. Espero que haya quedado claro.

     Siguiendo ese orden preciso, empezaremos con la salud.

     Mi salud es absolutamente perfecta. Si alguien me dice que tener cálculos en el riñón y esporádicos cólicos renales es estar mal de salud, me río en su cara. De hecho, me avergüenza haber considerado semejante menudencia como una de las pequeñas impurezas, no llega ni a eso. 

     La tos de la mañana es propia de un hombre de mi edad, fumador empedernido. Me impide respirar, sí, pero es algo pasajero, ya me veis, dando felices toques a las teclas. No puedo correr más de veinte centímetros sin jadear, pero correr es de cobardes y yo no soy cobarde.

     De pasada diré que el dentista la ha tomado conmigo (probablemente a causa de mi felicidad) y me llama cada semana para sacarme dientes y muelas y hacerme taladros en las encías, dice que para ponerme unos dientes mejores. Duele, pero ¿desde cuando un simple y persistente dolor de muelas ha hecho infeliz a alguien? no digamos estupideces, ¡por favor!

     Una vez demostrado que mi salud es perfecta por completo, pasemos al dinero.

     En general, el dinero se consigue trabajando. Yo no necesito trabajar, me paga el Estado. Yo creo que me consideran importante y no quieren pagarme mucho para no ofenderme. Sólo tengo que pasarme por allí cada tres meses a saludarles y todos tan contentos.

      Hace seis meses, un señor muy simpático de la empresa donde yo trabajaba me dio un poco de dinero y me dijo que era libre de irme y que no hacía falta que volviese más. No me lo podía creer, era más de lo que nunca podría haber soñado. De manera que podía dedicarme a no hacer nada y, con un dinerillo extra y cobrando. Para más satisfacción general, ese dinerillo extra nos hizo felices, primero a mi y luego al dentista. ¡Con qué alegría taladraba el hueso de la mandíbula, qué ímpetu, qué pasión! Yo chillaba y lloraba de alegría, saltaban lágrimas, saliva y sangre, en una orgía de felicidad y perfección...

     Como queda demostrado, el dinero para mi no es problema. Además, como no necesito comer a diario, casi me llega lo suficiente para comer hasta casi dos semanas antes de volver a cobrar el subsidio, por lo que con una pequeña ayuda de mi familia y amigos, que cada día disimulan peor su envidia, tengo lo suficiente para vivir felizmente. 

     En el amor, todo es perfecto. Me cuesta mucho trabajo encontrar una de esas esquirlitas microscópicas, veamos... ah, sí, una (casi lo olvido): La mujer de la que estoy enamorado me ha abandonado, después de muchos años juntos. Lo que era amor, o al menos lo parecía, se ha tornado en olvido y despreocupación, pero ¿hay felicidad completa si a uno no le rompe el corazón la persona que más quiere? no, amigos. Cuando uno se siente alguien y de repente el amor le da un golpe, le tira al suelo y le demuestra que no vale una mierda, que cualquier tipo de la calle es más importante para ella, su amor, que él mismo, la felicidad no se resiente porque eso son minucias, cosas sin importancia...

     Pero no vamos a mencionar esas cosas tontas, como la angustia de esperar una llamada que no llega, con lágrimas en los ojos... no, no, hablemos de cosas serias. 

     No merece la pena hablar de la felicidad, es algo inherente al ser humano que viene incluido en los genes, como la calvicie o el tercer ojo.

      Soy tan feliz que me doy asco de mi mismo.

Sergei Mikháilovich Prokudin-Gorskii EL FOTÓGRAFO DEL ZAR

   Os presento en este post a un fotógrafo realmente bueno: 

Sergei Mikhai... ese que pone arriba. 

   Es realmente impresionante, de verdad. 

   Si tuviera sombrero, me lo quitaba.

   Os enseño parte del PPS que me mandaron, 
soy un vago y pasar todo es mucho curro.

   Disfrutad de unas buenas fotos, aunque sólo sea por una vez.


   Sergei Mikhailovich Prokudin-Gorskii  (1863-1944)




Es alucinante la calidad en la fotografía en color conseguida hace un siglo. Las fotografías que se muestran a continuación no se han coloreado ahora. Son originales. Las hizo el fotógrafo Sergei Mikhailovich Prokudin-Gorskii con la mejor cámara de la época.
Sergei Mikháilovich Prokudin-Gorskii (1863-1944) dedicó su carrera al avance de la fotografía. Estudió con renombrados científicos en San Petersburgo, Berlín y París donde se formó como químico, desarrollando las técnicas para las primeras fotografías en color. De sus resultados surgieron las primeras patentes de películas positivas en color.
Prokudin-Gorskii utilizó sus estudios en química para desarrollar un sistema fotográfico en el cual se realizaban tres tomas en un soporte de vidrio, tomas monocromáticas en secuencia muy rápida, cada una a través de un filtro de color diferente (rojo, azul y verde). El procedimiento consistía en placas de vidrio de 3 x 9 pulgadas tomadas a través de una cámara con un chasis triple, que efectuaba tres exposiciones sobre la misma placa en rápida sucesión. Cada una de estas exposiciones se hacía a través de tres filtros (azul, verde y rojo). Los negativos blanco y negro así obtenidos eran positivados y luego estos positivos transparentes se proyectaban ante el público con un proyector triple que contaba con los mismos filtros de color en cada uno de sus lentes. Las tres placas que habían descompuesto la imagen cromáticamente, volvían a componerla al coincidir las tres proyecciones sobre una pantalla blanca y así era posible reconstruir la imagen con los colores originales. Sin embargo, Prokudin-Gorskii no disponía del mecanismo para realizar impresiones de las fotos así obtenidas.


Hacia 1905, Prokudin-Gorskii concibió el gran proyecto de documentar, con fotografías en colores, la enorme diversidad de historia, cultura y avances técnicos del gran Imperio Ruso, como material para ser utilizado en las escuelas del imperio. Para su proyecto, el Zar Nicolás II puso a su disposición un vagón de tren equipado con una cámara oscura y todo el material fotográfico necesario. Igualmente obtuvo todos los permisos para visitar áreas de acceso restringido y contar con el apoyo de la burocracia del imperio.
Así equipado, Prokudin-Gorskii recorrió el imperio entre 1909 y 1915, documentándolo con imágenes y dando a conocer la magnitud de sus tierras, sus paisajes y sus gentes. La alta calidad de las imágenes, combinada con los colores brillantes, hacen difícil para los espectadores creer que se trata de fotografías de 100 años atrás en el tiempo, y que cuando fueron tomadas, ni la revolución rusa ni la Primera Guerra Mundial habían comenzado.
Los temas más frecuentes entre las 2.607 imágenes son las gentes, la arquitectura religiosa, los lugares históricos, la industria y la agricultura, la construcción de obras públicas, las escenas a lo largo de las rutas de transporte de agua y de ferrocarril, y vistas de pueblos y ciudades. Aquí se recogen algunas de las cientos de imágenes en color que la Biblioteca del Congreso de Washington digitalizó en el año 2010. Ya que fue esta institución la que en 1948 adquirió las placas de cristal originales a los herederos del fotógrafo.
En 1918, Prokudin-Gorskii abandonó Rusia después de enterarse de la muerte del Zar y de su familia. Se dirigió primero a Noruega e Inglaterra instalándose luego en París donde murió en 1944.








 Tres exposiciones casi simultaneas, cada una con un filtro de color y 
el resultado final, en color:















Sergei Mikhailovich Prokudin-Gorskii (1863-1944)
El fotógrafo del zar

Colección de fotografías en color tomadas entre 1909 y 1915 en el final del Imperio Ruso







Autorretrato, 1.910













































































Si alguien tiene interés en recibir el PPS completo, con más fotos, texto, etc., que me lo diga y lo mismo se lo mando, ya veremos...