El sol me daba en la cara, era una sensación muy agradable. Una fresca brisa y el olor de la hierba ayudaban a hacer aquel momento aún mejor. El que ella estuviera a mi lado, acariciando mi pelo, redondeaba la idílica escena.
Naturalmente, algo iba a fallar. El destino me había elegido para pasar un rato divertido a mi costa.
- ¿Me quieres? - dijo ella - "la jodimos" pensé yo.
- Claro que te quiero, ya lo sabes.
- No, no lo sé. No estoy segura.
- Pero, cariño, te lo he demostrado muchas veces.
- Ah ¿sí? ¿cómo?
- ¿Que cómo? por ejemplo, cuando mi madre te miraba mal ¿te acuerdas?
- Bah... obviamente tú no la querías, te vino bien matarla. Y apenas sufrió.
- ¿Que no sufrió? ¿no oíste cómo chillaba con cada hachazo?
- Tu madre siempre fue muy dramática, una drama queen, diría yo. Ese ejemplo no me vale, dame otro.
- A ver... mi hermano...
- Tu hermano ya era muy mayor, le evitaste sufrimientos inútiles.
- Yo no diría que no sufrió; cuando me diste la motosierra me dijiste que lo querías despierto y sereno, para que se enterase bien de lo que le iba a pasar.
- Pero no empezaste por las piernas, como te dije. Le cortaste la cabeza directamente, como un maricón. Ese ejemplo tampoco me vale.
- ¿Y lo de tus padres?
- Tampoco, les tuve que rematar yo. No sabes ni usar un martillo.
De momento, la agradable brisa seguía y ninguna nube tapaba el sol. Tal vez la cosa se calmase, pero yo no confiaba mucho en ello.
- Creo que ya no me quieres - machacó - lo siento dentro.
- Joder, ¿y lo del chatarrero? ¿eso tampoco cuenta?
- Un hombre, por mierda que sea, tiene que vengarse si su mujer le pone los cuernos. ¿Cómo lo descubriste?
- Tal vez por los cuatro SMSs que me mandaste, antes, durante y después. El cuarto no lo entendí.
- Es que repetimos - dijo con coquetería.
- Además, no eres mi mujer. De hecho, formo parte de una larga lista de amantes. Supongo que estaré en primer lugar.
- Estas muy cerca, cariño. Si me quisieras...
- ¿Y no te bastan las automutilaciones? Mírame, ¡soy una piltrafa humana!
- Deberías hacer algo más por mi...
- No, ya estoy harto. Me marcho.
Me había entrenado durante dos meses y ya era capaz de correr con las orejas, los únicos apéndices que me quedaban.
Ya encontraré a otra mujer.
Lo mejor es pasar de ellas, y viceversa. El matrimonio es una institución encaminada a la procreación. El amor romántico es una mariconada moderna.
ResponderEliminarHombre, entre el matrimoño con hijos y el amor amariconao hay términos medios...
ResponderEliminarSon majas, las tías... algunas y a veces, pero son majas.
Las tías, contra más lejos mejor. Solo dan problemas y encima no saben conducir, al menos la mayoría (no saben conducir un coche, como para saber conducir su vida conjuntamente a la de otra persona)...
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