sábado, 6 de agosto de 2011

¿Me Quieres?


   El sol me daba en la cara, era una sensación muy agradable. Una fresca brisa y el olor de la hierba ayudaban  a hacer aquel momento aún mejor. El que ella estuviera a mi lado, acariciando mi pelo, redondeaba la idílica escena.

   Naturalmente, algo iba a fallar. El destino me había elegido para pasar un rato divertido a mi costa.

   - ¿Me quieres? - dijo ella - "la jodimos" pensé yo.

   - Claro que te quiero, ya lo sabes.

   - No, no lo sé. No estoy segura.

   - Pero, cariño, te lo he demostrado muchas veces.

   - Ah ¿sí? ¿cómo?

   - ¿Que cómo? por ejemplo, cuando mi madre te miraba mal ¿te acuerdas?

   - Bah... obviamente tú no la querías, te vino bien matarla. Y apenas sufrió.

   - ¿Que no sufrió? ¿no oíste cómo chillaba con cada hachazo?

   - Tu madre siempre fue muy dramática, una drama queen, diría yo. Ese ejemplo no me vale, dame otro.

   - A ver... mi hermano...

   - Tu hermano ya era muy mayor, le evitaste sufrimientos inútiles. 

   - Yo no diría que no sufrió; cuando me diste la motosierra me dijiste que lo querías despierto y sereno, para que se enterase bien de lo que le iba a pasar.

   - Pero no empezaste por las piernas, como te dije. Le cortaste la cabeza directamente, como un maricón. Ese ejemplo tampoco me vale.

   - ¿Y lo de tus padres?

   - Tampoco, les tuve que rematar yo. No sabes ni usar un martillo.

   De momento, la agradable brisa seguía y ninguna nube tapaba el sol. Tal vez la cosa se calmase, pero yo no confiaba mucho en ello.

   - Creo que ya no me quieres - machacó - lo siento dentro.

   - Joder, ¿y lo del chatarrero? ¿eso tampoco cuenta?

  - Un hombre, por mierda que sea, tiene que vengarse si su mujer le pone los cuernos. ¿Cómo lo descubriste? 

   - Tal vez por los cuatro SMSs que me mandaste, antes, durante y después. El cuarto no lo entendí.

   - Es que repetimos - dijo con coquetería.

  - Además, no eres mi mujer. De hecho, formo parte de una larga lista de amantes. Supongo que estaré en primer lugar.

   - Estas muy cerca, cariño. Si me quisieras...

   - ¿Y no te bastan las automutilaciones? Mírame, ¡soy una piltrafa humana!

   - Deberías hacer algo más por mi...

   - No, ya estoy harto. Me marcho.

   Me había entrenado durante dos meses y ya era capaz de correr con las orejas,  los únicos apéndices que me quedaban.
     
   Ya encontraré a otra mujer.


3 comentarios:

  1. Lo mejor es pasar de ellas, y viceversa. El matrimonio es una institución encaminada a la procreación. El amor romántico es una mariconada moderna.

    ResponderEliminar
  2. Hombre, entre el matrimoño con hijos y el amor amariconao hay términos medios...

    Son majas, las tías... algunas y a veces, pero son majas.

    ResponderEliminar
  3. Las tías, contra más lejos mejor. Solo dan problemas y encima no saben conducir, al menos la mayoría (no saben conducir un coche, como para saber conducir su vida conjuntamente a la de otra persona)...

    ResponderEliminar