Me fui a la puerta de un colegio con mi gabardina larga y elegí a una niña de unos siete años, muy guapa. Comprobé que iba sola y, cuando lo vi oportuno, me acerque y le chisté.
- ¡Eh, niña!
- ¿Qué quiere?
- Mira lo que tengo.
Me abrí la gabardina y le enseñé mi cuerpo desnudo con toda la herramienta al aire. Se empezó a reír.
- ¿De qué te ríes? - pregunté, ofendido
- Eres un guarro - contestó, sin dejar de reír
Saqué unos caramelos del bolsillo y se los ofrecí.
- Prefiero dinero ¿no tienes?
¡Vaya con la niña!
- Sí, toma - le di un billete de diez euros, que cogió con desgana - vente a mi casa - continué.
- Bueno, pero por diez euros no podré estar mucho rato.
Qué hija de puta la niña... qué puta, más bien.
- Luego te daré otro billete ¿vale?
- ¿de cincuenta?
- De veinte y vas que te matas.
- Bueno, vamos
Llegamos a mi casa y le ofrecí un refresco.
- Prefiero un cubata, si no te importa.
A mi ya nada me asustaba, le di lo que quería. A mitad del tercer cubata, estábamos follando como lobos y yo juraría que no era ni la primero ni la tercera vez que la niña lo hacía, qué maestría, qué movimientos... yo creo que debería tener por lo menos nueve años. O más.
En mitad de la segunda felación, nos interrumpió el estruendo de una patada contra la puerta, que se abrió con facilidad y unos gritos de unos tipos uniformados y armados hasta los dientes, los GEOS o los Hombres de Harrelson a algunos de esos. Me habían pillado, mierda, vaya papelón...
- ¡Quietos ahí, ni un solo movimiento!
Qué dramáticos, si nos habíamos quedado congelados del todo...
Uno de los marcianos se dirigió a mi:
- ¿Te encuentras bien, chaval?
- ¿Qué?
- No te preocupes, estas a salvo. Has caído en manos de Nancy la Poney, un putón enano de treinta y siete años a la que le van los niños como tú. ¿Qué edad tienes?
- Vaya, que suerte. Tengo ocho añitos.
- Bueno, llamaremos a tus padres. Espera un momento aquí.
Cuando pude, me escabullí, no estaban pendientes de mi en ese momento porque yo no era peligroso. Menos mal, porque si llegan a descubrir que soy el famoso cura enano de Torrelodones, igual el Papa no me hubiese recibido con todos los honores, Dios aprieta pero no ahoga.
jajaja, totalamente subrealista.... aunque peligroso post para los tiempos que corren....
ResponderEliminarNo te preocupes, me leéis dos, no hay peligro. :-)
ResponderEliminarSi es que la pederastia ya no es lo que era. Hasta el Papa piensa que está mal y todo...
ResponderEliminar¿Mazinger?
Sólo para los amiguetes
ResponderEliminarNo tengo ni puta idea de qué va lo de Mazinguer, aunque creo que me suena de algo (¿no tenía Parba un avatar de Mazinger?, ¿va con u o con sin?, buéh, creo que se me entiende higual), pero me ha encantado la historia. No hay nada más gracioso que provocar a los políticamente correctos para luego reírse de ellos de tan subnormales que son.
ResponderEliminarMazinger Z (creo que sin u) era un robot gigante de dibujos animados japoneses y sí, Parba tiene alguna foto o algo así.
ResponderEliminarHay páginas en Internet como Ratzinger Z y cosas así, es un chiste malo, pero tampoco voy a estar una hora escogiendo un nombre a un post de los míos.