jueves, 30 de junio de 2011

Soledad del gañán


     Paseando esta mañana por el campo florido, encontré unas ovejas solas y el cadáver de un pastor, qué suerte tengo. Antes de llamar anonimamente a la policía, cogí un paquete del suelo que resultó ser un trozo de queso envuelto en un papel en el que se podía leer lo siguiente: 


     ¿Cómo explicarlo? las... cosas están un poco más lejos, la luz es algo más tenue, el silencio es más pesado... es como si me hubieran arrancado los brazos del alma, como si me doliese muy muy lejos... es una sed de nada que deja seca la garganta de la vida, es... como si adorase a un dios y se estuviera riendo de mi...

     Me han estafado... mis días tienen dos noches, mis noches tienen más noches cada vez... no entiendo lo que me dicen, es un idioma extraño... me despierto, pero sigo sin entender, sigo dormido, no sé, qué más me da...

     El queso estaba curado, muy rico. Lástima no haber cogido la bota de vino, pero uno no puede estar en todo.


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